Nuestra opinión: muy buena, por Pablo Gorlero
Miles de huérfanos habían sido exterminados en su cruel novela Ganarse la muerte , y una madre decapitaba a sus hijos en Dios no nos quiere contentos . En una primera reflexión, esta nueva obra dramática de Griselda Gambaro está mucho más cerca de su literatura de prosa que de su dramaturgia. Pero ése es un terreno para el que quiera estudiarla (vale la pena). De todos modos, sirve como primera pincelada para el análisis de este impresionante trabajo que se acaba de estrenar en el San Martín, ya que los niños no son una preocupación nueva de la autora. "La Tierra no comprende para qué están, si con tanta soltura los borramos", dice ahora.
Gambaro escribió una tragedia que, sin duda, pasará a integrar la lista de clásicos de la dramaturgia local. Sin exageración. Logra transmitir en su texto el horror y el odio, con belleza de palabras. Hizo un texto que conduce, que hace punta, con actores que lo subliman y una dirección que logra una sinfonía perfecta.
...Cristina Banegas supo que el texto que tenía entre manos era una joya y trabajó su puesta y su dirección sobre esas líneas. Consiguió la verdad absoluta en la composición y un dramatismo potente. En ese sentido, fue importante el aporte de Nunziata en el trabajo físico. Asimismo, su puesta en escena es de una belleza que pasma. Para leer la crítica completa, visitar http://www.lanacion.com.ar/entretenimientos/nota.asp?nota_id=919958